Del 26 de junio al 25 de julio de 2015
Sala de exposiciones Moreno Villa, Málaga
Inmaculada García Haro, comisaria de Quietud
La fotógrafa malagueña Rosa González Illescas nos presenta, bajo el título Quietud, una muestra que refleja el proceso hacia la depuración de formas, con un claro guiño minimalista, fruto de la evolución experimentada en los últimos años y de la continua investigación y aprendizaje de las técnicas más actuales de la mano de la Escuela de Fotografía Apertura.
Atrás quedan procesos de ensayo y eclecticismo para mostrar una depurada técnica que ya anunciaban las magníficas fotografías realizadas para ilustrar el poemario Interludio. Poesía Escogida (Martín Quero, Fuensanta. Edit. Vértice. Colección Poesía A.L.A.S.) y la serie Anatomía de un Instante (exposición Black & Red: La Síntesis del Color. Diputación de Málaga noviembre 2012).
Las imágenes captadas por el objetivo de la artista descifran todos los perfiles de un mismo objeto: el mar que se convierte en material narrativo de un proceso de transformación introspectiva que nos traslada del caos a la quietud. Y es que el océano acompaña a la fotógrafa en su devenir diario al borde de una ciudad cuya bahía forma parte de su escenario doméstico. La extensa planicie que puede ser el agua se introduce visualmente en su casa transmitiendo la melancólica serenidad de las tardes de septiembre. Pero también puede participar del escenario de un mar rugiente y fiero, o simplemente juguetón o “picao” y ser espejo de la propia biología, de sus contrastes y de la aceptación del cambio continuo. Con esta intención nos presenta diferentes estados, lugares y momentos: la orilla en los atardeceres de la playa Maro, el mar desde un llaüt o la espuma como protagonista de su imprevisible juego.
La influencia de la Helsinki School Artist se denota en el conjunto de la exposición: las referencias al arte chino revelan claras evocaciones a la obra de Sandra Katanen y al fotógrafo finlandés afincado en Madrid, Timo Kelaranta. Pero sobre todo, la atmósfera de recogimiento que reviste algunas de las obras que componen la muestra, nos recuerda de forma muy directa la obra del consagrado artista japonés residente en Nueva York, Hiroshi Sugimoto.
La obra que contemplamos quiere transmitir de forma insistente un estado anímico trasmutado a través de la catarsis que es el hecho fotográfico. La fotografía como terapia es un hecho constatable en la actualidad desde la década de los setenta del siglo pasado. Terapeutas y fotógrafos como de David Kraus, Stewart, J. Weiser o Joel Walker constatan el auge de esta disciplina. En este sentido debemos rendir tributo a Jo Spence (1934 - 1992). Esta artista lo llamó el nacimiento del inconsciente. Pionera del uso de la fototerapia, utilizó la experiencia de su propia enfermedad para documentar visualmente la búsqueda de nuevos hábitos y terapias alternativas, tal y como refleja en su serie The Pictures of Health.
Para Carlos Canal, reconocido hematólogo y fotógrafo afincado en Málaga, que hace un uso certero de la fotografía como medio terapéutico, “La fotografía es fundamentalmente un medio de expresión y comunicación. Por su capacidad de relacionarse con el tiempo y el espacio nos permite conocer, saber, reflexionar, intuir y poder expresar nuestros sentimientos y emociones más profundos. De esta forma podemos a través de las imágenes darle forma visual, haciendo lo invisible más visible.” (El Mundo. 03/02/2014).
En definitiva, esta serie de fotografías, que bajo el título Quietud- nos muestra González Illescas, indica que el medio fotográfico es fundamentalmente un medio de expresión y comunicación pero también de sanación pues en su contemplación se percibe en grado superlativo todas las sensaciones vitales que el mar produce.
La acción fotográfica es la prolongación de la visión de un instante en el tiempo haciéndolo infinito, convirtiendo al artista, a su vez, en objeto-actor de la escena. El objetivo se convierte en un túnel que captura pero también por el que se escapan nuestros propios fantasmas, permitiendo al inconsciente que asome al exterior y sane las heridas que esconde, en este caso con la salubridad y la salobridad del mar en todos sus estados. El formato y las técnicas escogidas nos revelan las profundas inquietudes artísticas de la autora que no cesa en su incansable afán de reinterpretar la realidad creando atmósferas inigualables.
Inmaculada García Haro
Comisaria de la exposición
